Guinea Ecuatorial es un país que posee variedades de lenguas locales debido a sus diferentes grupos étnicos, lamentablemente hasta el momento ninguna de estas lenguas posee una gramática, y si estudio alguno se ha hecho respecto a esta situación poco se sabe de ello. No obstante, hasta nuestros días siguen prevaleciendo el poder de estas lenguas aunque, en unas zonas más habladas que en otras según el grupo étnico.
¿Deberían ser asignaturas las lenguas locales de Guinea Ecuatorial en las escuelas?
La lengua es una de las características más significativas en la identidad de un colectivo en términos culturales, su desvaloracion supone la pérdida de la historia del colectivo, sus costumbres, y su esencia. La lengua va relacionada con la forma de vivir y de todo lo relacionado con el hombre para poder ser aludido.
Para llegar a impartir las lenguas indígenas en las escuelas, claro está que deben tener una gramática, pero todo eso sería posible según el nivel de importancia que reciben. Poco se sabe de las políticas que promueven el uso de éstas, en los centros culturales ecuatoguineanos de las dos grandes ciudades, poco se habla del fomento de ellas. La música se ha convertido en el único instrumento en el que se hace llegar la lengua a todas partes.
El español, el francés, el inglés, el portugués, el mandarín y ahora el ruso están siendo bien fomentados, pero lamentablemente a excepción del primero, no representan nada de la cultura ecuatoguineana. Existe la posibilidad de que algunos conceptos definidos ya en las lenguas vernáculas desaparezcan de aquí a unos 20 años más, si tenemos en cuenta que con el paso del tiempo se va reduciendo el número de personas que sabe hablar y entiende perfectamente algún idioma local.
Con impartir esas lenguas como materias en las escuelas se harían inmortales y más presentes en la sociedad. Estas lenguas son el producto de siglos de evolución y adaptación a los entornos locales, y son portadoras de historias, conocimientos, costumbres y tradiciones únicas que se han transmitido de generación en generación. La extinción de una lengua significa la pérdida de todo ese patrimonio cultural y la degradación de la diversidad cultural.
Ahora bien, algunos también pueden abstenerse a las lenguas locales por vergüenza o por no contraer salidas laborales, pero nada de esto está por encima de mantener la identidad cultural. Cada vez que se vaya reduciendo el número de hablantes de un idioma existe la posibilidad de que desaparezca por completamente más aún cuando no tiene una gramática.