Cada año, la Selectividad en Guinea Ecuatorial se convierte en una especie de lotería, donde la incertidumbre y la frustración reinan entre los estudiantes. Este año 2024 en la convocatoria de junio, con 5591 aspirantes buscando un cupo en la universidad, la pregunta que resuena en el aire es: ¿Serán los resultados diferentes a los desastrosos años anteriores?
Antes de profundizar en los resultados, es crucial analizar si la falta de espacio en las universidades, particularmente en la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial (UNGE), juega un papel determinante en el número de aprobados que al final solemos ver en las paredes. La realidad es que la Universidad Nacional no cuenta con la capacidad para acoger a todos los bachilleres que aspiran a continuar sus estudios superiores. ¿Podría esta escasez de aulas afectar los resultados de la Selectividad?
Otro enigma que ronda la Selectividad es la inexplicable baja tasa de aprobados. Es incomprensible que de miles de estudiantes que se presentan, solo un 5 o 20% logren aprobar. Además, esta disparidad entre los centros educativos privados y públicos genera aún más dudas. ¿Por qué los privados concentran la mayoría de los aprobados, mientras que los públicos se llevan la peor parte?
La forma en que se preparan y corrigen los exámenes también genera interrogantes. ¿Cuál es el verdadero objetivo de estas pruebas?La falta de claridad en este aspecto, sumada a la ausencia de explicaciones transparentes sobre la corrección, ha llevado a cuestionar la efectividad de la Selectividad. ¿Se fomenta el razonamiento crítico o simplemente se premia la memorización y el «copia y pega»?
En definitiva, la Selectividad se ha convertido en una barrera infranqueable para muchos sueños juveniles. No se trata de las capacidades de los estudiantes, sino de un sistema que falla y no ofrece soluciones. ¿Por qué estudiantes que aprueban no tienen el nivel para la universidad, mientras que otros con mejores aptitudes se quedan fuera? ¿Cuál es la causa de estos resultados tan desalentadores?
Es hora de replantear la Selectividad en Guinea Ecuatorial. Se necesita una reforma profunda que aborde las deficiencias del sistema actual y garantice un proceso transparente, justo y equitativo. La educación de los jóvenes no puede depender de una lotería, ni sus sueños verse truncados por un sistema que falla. Es hora de dar un salto hacia un futuro donde la Selectividad no sea un obstáculo insuperable, sino un trampolín hacia el éxito académico y profesional.
La Selectividad en Guinea Ecuatorial, lejos de ser un trampolín hacia el éxito académico, se ha convertido en un obstáculo que frustra las aspiraciones de miles de jóvenes. La falta de espacio en las universidades, la cuestionable forma de preparación y corrección de los exámenes, y la ausencia de una orientación adecuada para los estudiantes, son solo algunos de los factores que contribuyen a este panorama desalentador.
Es necesario realizar una profunda reflexión sobre el impacto que este sistema tiene en la educación y el futuro de los jóvenes. El miedo y la desinformación que rodean la Selectividad generan un ambiente de estrés y ansiedad que afecta directamente el rendimiento académico. Muchos estudiantes, incluso aquellos con aptitudes, se ven desmotivados y pierden la confianza en sí mismos debido a la incertidumbre y la falta de apoyo.
Es fundamental que las autoridades educativas tomen medidas contundentes para abordar este problema. Una cirugía mayor a la comisión organizadora de la Selectividad es necesaria para eliminar las prácticas obsoletas y las maniobras poco éticas que afectan la transparencia y la equidad del proceso. La selección de los docentes que preparan y corrigen las pruebas debe basarse en criterios estrictos de mérito y experiencia, garantizando la calidad y la imparcialidad de las evaluaciones.
Por otro lado, la falta de espacio en la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial (UNGE) limita las oportunidades de acceso a la educación superior para muchos jóvenes. Es necesario explorar alternativas como la finalización de la construcción de los campus universitarios para garantizar que todos los estudiantes que aprueben la Selectividad tengan la posibilidad de continuar sus estudios.
Además de las reformas estructurales, es crucial implementar programas de orientación y apoyo para los estudiantes que se preparan para la Selectividad. Estos programas deberían brindar información clara sobre el proceso, estrategias de estudio efectivas y herramientas para afrontar el estrés y la ansiedad.
En definitiva, la Selectividad en Guinea Ecuatorial debe dejar de ser un obstáculo y convertirse en un trampolín hacia el éxito académico y profesional. Solo a través de una reforma profunda y un compromiso genuino con la educación de los jóvenes, podremos construir un futuro más próspero y justo para todos.
VÍA: Journalistmbomio
